domingo, 10 de marzo de 2013

Venezuela quedó eliminada del CMB


Por: Ormuz Jesús Sojo
Foto: Ormúz Sojo

SAN JUAN.- Caras largas y mucha tensión. Luis Sojo se para y ve el lineup. Dorante, su tocayo y coach de banca, le comenta algo mientras nuevamente ven la alineación. Wilson Álvarez entra en la conversación y se atraviesa en los lentes que intentaban fotografiarlos desde el box.
Carlos González toma el bate y falla con rodado por segunda. Dos fanáticos que estaban detrás del dugout de la derecha toman sus banderas y decididos a irse, empiezan a subir las escaleras.
Salvador Pérez suelta un violento doble, que levanta a todo el equipo del banquillo. Alex Torres arregla su gorra volteada minutos antes para ligar. “Vamos, coño”, grita alguien desde adentro. Los aficionados que se iban, ahora son detenidos por la esperanza. El rally podía llegar.
Martín Prado entra a la caja y suelta tubey remolcador. Salvador Pérez pisa con fuerza al dugout. Todos se levantan a recibirlo. El juego estaba por tres y JC Romero daba signos de cansancio desde la lomita.
Se acaba el tiempo de Ramón Hernández en el círculo de espera. Se disponía a tomar el turno como emergente cuando el manager boricua prefiere llevarse al zurdo. Su carta para cerrar era Fernando Cabrera.
Mientras el diestro calienta, Sojo y Dorante se paran del banco y nuevamente ven el lineup. “Montero”, grita el petareño. “Entra tú”, le ordena. Miguel toma su bate y estira los brazos.
Ponche con cinco pitcheos encienden las tribunas. Los de casa estaban a un out de lograr el pase y sacar a Venezuela.
Pablo Sandoval sale. Se asoma a ver al público y vuelve a entrar. Entre la euforia borincana se cuelan ojos de tristeza de los venezolanos. Dos señores se quejan desde las tribunas porque los fotógrafos no los dejan ver. “Ya está bueno”, exclaman.
Omar Infante se arregla en la caja. El primer envío lo deja pasar: strike cantando. El segundo, igual. El tercero termina siendo fly al cuadro. Así se acaba el sueño.
El cuerpo técnico es el primero en abandonar la cueva. Sólo Carlos García en un extremo y Luis Dorante, en el otro, contemplan la eliminación junto a sus jugadores.
Carlos González y Omar Infante recogen sus implementos, mientras Álex Torres y Mario Lisson no se quieran parar. Las lágrimas buscan salir, pero ante las cámaras y la fiesta local, no se atrevieron a llorar. Sus rostros hablaban por sí solos.

Frustración y tristeza. No era el típico adiós, era más que eso. Ni la segunda ronda fue alcanzada.



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